Esperanza de la Iglesia


11/10/2017

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Del Papa Francisco a los jóvenes en Colombia

Hace poco más de un mes, el Papa Francisco estuvo en medio de los colombianos y su mensaje sigue presente en el corazón de cada uno de los jóvenes que lo escucharon el día 07 de septiembre en la plaza de Bolívar. “Los jóvenes son la esperanza de la Iglesia”. Fueron de las palabras que más impactaron y llenaron de motivación a todos los jóvenes, quienes con su entusiasmo animan a toda la sociedad colombiana, en medio de tantos problemas y dificultades. Los invitó a mantener siempre viva la alegría, porque esta es signo de un corazón joven y de allí depende la sonrisa de todas las personas de este mundo, marcado por tantas guerras y divisiones. El entusiasmo de los jóvenes y todo su ser es un instrumento misionero. Por tal motivo, el Pontífice ve a los jóvenes como la esperanza de la Iglesia.

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Unos de los peligros que enfrentan los jóvenes de hoy es perder esa sensibilidad que los caracteriza. De ahí, la insistencia del Papa a mantener vivo ese fuego joven, a no temerle al futuro, a soñar en grande. Otro peligro para los jóvenes, en nuestra sociedad, es caer en el relativismo y en la indiferencia. Si esto ocurriera, ¿quién se ocupará de contagiar al mundo de alegría? o ¿quién se ocupará de contagiarlo de esperanza? Ya no habrá nadie. Por eso es necesario que nuestra juventud esté dispuesta a asumir el reto de ser anunciadores de alegría y de esperanza, signo de la vivencia del Evangelio de Cristo.

Parafraseando al Papa, la alegría de la juventud tiene que ser más grande que las dificultades que la oprimen, más fuerte que la violencia que se cruza en el camino, para destruir la vida y los buenos sentimientos. Así como Cristo ha vencido a la muerte y al pecado, la juventud debe salir victoriosa al encuentro del Maestro Jesús, quien nos ama con amor de Padre, como lo indicó el Santo Padre.

Y si leemos el discurso de Francisco en perspectiva vocacional, nos daremos cuenta que este aspecto es todavía más profundo. El Papa se refirió al futuro de la Iglesia, insistiendo en que no basta con “cumplir”, es necesario “comprometerse". Lo que se escuchó el 7 de septiembre en la plaza de Bolívar fue un discurso que animaba a los jóvenes a tomar iniciativas vocacionales serias; no se refirió a que todos fueran sacerdotes, religiosos o religiosas, habló de la misión vocacional. Joven, que lo que se vaya a ser en la vida sea un compromiso con Dios, con los demás y con nosotros mismos. Incluso en la vida sacerdotal o religiosa, para aquellos que sientan este tipo de llamado vocacional.

Por: José Escalona (Región de Venezuela)